En una cálida noche tejana bajo los focos del estadio Q2, el Minnesota United no solo ganó, sino que dejó claro su potencial. La goleada por 3-0 del Loons al Austin FC no se redujo a los goles, la portería a cero o los tres puntos. Fue una actuación que cristalizó su creciente identidad bajo la dirección de Eric Ramsay y confirmó su posición como auténtico aspirante en la Conferencia Oeste.
Tras una dura derrota en casa ante Vancouver, los Black and Blue podrían haber vuelto a tropezar fácilmente. En cambio, reforzaron su defensa, reestructuraron su ataque y volvieron a su estilo de juego agresivo fuera de casa, una historia familiar para un club que sigue prosperando sin el balón.
El Austin FC comenzó el partido con el acelerador pisado a fondo, dominando casi el 80 % de la posesión en los primeros 20 minutos. Pero Minnesota, como ha hecho durante toda la temporada, se mantuvo compacto, absorbió la presión y esperó. El primer gol, un cruel autogol del centrocampista del Austin Ilie Sánchez, llegó en el minuto 22 tras un hábil ataque liderado por Joaquín Pereyra. Su disparo raso rebotó en Sánchez y se coló entre las piernas de un atónito Brad Stuver, el tipo de rebote que parece salirte bien cuando el plan de juego funciona.
Trece minutos más tarde, los Loons volvieron a marcar. Jefferson Díaz lanzó un balón perfectamente medido que encontró a Anthony Markanich elevándose en el área. El cabezazo, preciso y seguro, puso al Minnesota 2-0 arriba y silenció al público de Austin. Era el primer gol de Markanich con el club, pero lo más importante es que era una señal de la creciente amenaza del Minnesota en las jugadas a balón parado y en la segunda fase del juego.
En la segunda mitad debutó el nuevo fichaje Robert Taylor, que aportó serenidad al centro del campo en sus 30 minutos sobre el terreno de juego, mientras que la defensa de Minnesota siguió frustrando a El Tree. Pereyra, que ya había sido una amenaza durante todo el partido, remató su actuación con un potente disparo con la izquierda en el tiempo de descuento, un gol candidato a ser el mejor de la semana y otra muesca en el cinturón del mediapunta argentino.
Pereyra ha sido el motor de este equipo de Minnesota durante toda la temporada. Es el líder del equipo en asistencias, se encuentra entre los creadores más consistentes de la MLS y fue nombrado, con toda justicia, miembro del Equipo de la Jornada en la jornada 11. Ya sea conectando con Robin Lod y Tani Oluwaseyi en el último tercio del campo o presionando alto en momentos clave, su huella está presente en todos los éxitos de los Loons.
Con esta victoria, Minnesota ascendió al segundo puesto de la Conferencia Oeste, una posición que pocos pronosticaban antes de comenzar la temporada, pero que ahora parece merecida. El equipo de Ramsay no destaca por su posesión del balón ni por su brillantez, pero es implacablemente eficaz, organizado, oportunista y, lo más importante, equilibrado.
Esta versión de los Loons es difícil de batir y letal al contraataque. Con la llegada de refuerzos y un trío en el centro del campo que empieza a funcionar, hay motivos reales para creer que este equipo no solo ha tenido un buen comienzo, sino que está construyendo algo sostenible.
Próximo rival: Inter Miami. Otra prueba, otra oportunidad para que Minnesota demuestre que su estilo —juego bajo, disciplina alta— funciona perfectamente.




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