Los Lynx realizan movimientos audaces a mitad de temporada a medida que se intensifica la lucha por los playoffs.

Las Minnesota Lynx están en racha, aprovechando un impulso que las ha llevado a lo más alto de la clasificación de la WNBA y que las convierte en claras aspirantes al título, algo que no han ocultado precisamente. Sin embargo, la directiva sabe que para mantener esa energía durante una larga temporada de playoffs, a veces hay que tomar decisiones difíciles, incluso sorprendentes.

Esta semana, los Lynx hicieron precisamente eso.

Tras una contundente victoria por 111-58 sobre las Las Vegas Aces, Minnesota anunció que la alero Napheesa Collier, favorita al MVP de la WNBA y pilar emocional de la franquicia, se perderá al menos dos semanas debido a un esguince en el tobillo derecho sufrido al final del tercer cuarto de ese partido. Aunque las pruebas de imagen no revelaron daños graves, el momento no podía ser peor. Collier ha sido una jugadora de élite esta temporada, con un promedio de 23,8 puntos y 7,7 rebotes por partido, y ha llevado a las Lynx a una ventaja de cinco partidos y medio sobre las New York Liberty.

«Obviamente, odias ver caer a cualquiera, pero especialmente a tu MVP», dijo Kayla McBride a los periodistas después del partido. «Solo le deseamos lo mejor. Solo queremos que se recupere».

En respuesta, la dirección de Minnesota no perdió tiempo en reestructurarse.

El equipo anunció la adquisición de Dijonai Carrington, una defensora tenaz y la jugadora más mejorada de 2024, en una medida que supone tanto un refuerzo a corto plazo como una apuesta a largo plazo. Carrington aporta una reputación de dureza defensiva, presión sobre el balón y un espíritu competitivo que encaja perfectamente con la identidad de las Lynx. Además, llega en un momento crítico en el que el equipo necesita redistribuir las responsabilidades anotadoras y defensivas de Collier.

Pero la llegada de Carrington tuvo un costo.

Minnesota se despidió de Diamond Miller, la antigua número 2 del draft, que estaba empezando a encontrar su ritmo en la rotación. Es una decisión audaz: la altura, la capacidad atlética y el potencial de Miller eran innegables, pero las Lynx están en modo «ganar ahora». No dudaron en cambiar el potencial por la producción.

Tampoco es la primera reorganización. No hace mucho, el equipo prescindió de la alero novata Alissa Pili, que desde entonces ha fichado por las Los Angeles Sparks. La decisión de la directiva de prescindir tanto de Pili como de Miller transmite un mensaje claro: las Lynx no se conforman con desarrollarse. Van a por el título.

La presencia de Carrington, especialmente en ausencia de Collier, no podría ser más oportuna. Con una plantilla sólida y curtida en los playoffs, en la que destacan McBride, Courtney Williams y Dorka Juhász, Minnesota cuenta con las piezas necesarias para mantenerse a flote —y tal vez incluso evolucionar— mientras su MVP se recupera.

Y no nos equivoquemos: si Collier vuelve a estar en forma a mediados de agosto, las Lynx podrían no solo ser el equipo más en forma de la liga, sino también el más peligroso.

«Hemos construido algo real», dijo McBride. «Y ahora se trata de terminar con fuerza. Ese es el objetivo».

Para un equipo que ya ha llamado la atención, el mensaje es claro: los Lynx no están esperando al futuro. Van a por ello ahora mismo.

Matias Castillo

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